martes, 8 de noviembre de 2011

Dos voces discordantes



Un hombre se para un instante, unos minutos, frente a la pantalla del televisor. En ella contempla dos rostros muy distintos: en uno vibra una lánguida pasión que viene de lejos, de un país que ya no existe; en el otro, se ondula un mar que reverbera lleno de promesas que quizá nunca se cumplan. Es la manifestación de dos Españas que ni ahora, ni nunca, podrán reconciliarse. En las miradas de sus representantes todavía hace falta un punto de inocencia, de autenticidad, de hermosa gallardía. El que está ubicado frente al televisor, en esos minutos de perplejidad profunda, no tiene muy claro a qué diálogo aferrarse, porque sabe muy bien que las palabras son gratuitas y que sólo los hechos pueden validarlas. Pero los hechos son pájaros que vuelan sobre la verdad y, a veces, anidan en la mentira. Por eso el que mira el televisor, perplejo ante dos viejas voces discordantes, a fuerza de decepciones, es un escéptico: ha visto pasar frente a él tantas ideas vestidas de fiesta que, luego, se han manchado de frivolidad, de barro y de inmundicias. El corazón le duele y en sus ojos ha crecido el musgo de la desconfianza. El que mira el televisor sabe muy bien que la verdad en estado puro es luz, una luz que no está escondida en la palabras, porque las palabras, a veces, son gratuitas, y, al tocar el aire, se quiebran, se deshacen, crujen al caer como cáscaras de olvido.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

ideas vestidas de fiesta..

me quedaré con esa frase cuando a mi corazón no sepa qué ponerle para salir.

enhorabuena por tu blog.

Minerva dijo...

Qué grato ha sido encontrate Alejandro, meses atrás te busqué por este mar y por el lago facebook para estar más cerca y disfrutar de tus palabras...tengo que decírselo a Esmeralda y a los papás.

"La televisión ha hecho maravillas por mi cultura. En cuanto alguien enciende la televisión, voy a la biblioteca y me leo un buen libro"

Maravillosas palabras para un sentir muy frecuente en la noche del lunes, duré 7 minutos, tras ello apagón de tv y rescate de libros del anaquel.

Muchas gracias por abrir este blog Alejandro. Y disfruta de nuestra tierra que en estas fechas desprende un aroma enbriagador con la aulaga, el lantisco, la cocoja, la jara, el quejigo, el chaparro, la helada...

Un abrazo

Alejandro López Andrada dijo...

Gracias, amiga Minerva, por ofrecerme tu ánimo y, mostrar, ese sencillo y verdadero afecto a mi blog. Es hermoso comprobar que, a veces, cuando uno escribe consigue transmitir sentimientos y emociones a los demás. Es muy hermoso lo que dices en relación con los aromas y colores de nuestra tierra. Para mí es un privilgio vivir en el entorno de Villanueva del Duque, mi pueblo natal. Poder pasear por los caminos de mi niñez es uno de los ingredientes vitales que alimentan mi felicidad. Recibe un afectuoso abrazo de tu amigo, Alejandro.